domingo, 17 de enero de 2021

Transformación del coche más barato en el más lujoso (Oro, plata y piedras preciosas)

 

Casi 5 millones de dólares costó la transformación que le hicieron al Tata Nano, el auto más barato del mundo, siendo su valor original unos 2.500 dólares. El revestimiento no fue con pintura o un par de accesorios sino con piezas de oro, plata y piedras preciosas que el magnate de la India, Ratan Tata, ordenó para el novedoso diseño y de esa forma celebrar la creciente riqueza de su país, hacer historia e incrementar las ventas del vehículo. Para este trabajo, treinta artistas fueron convocados para decorar el pequeño auto con unos 80Kg. de oro de 22 kilates, 15Kg. de plata y 10 mil piedras semi preciosas y gemas. De esta manera, Tata Motors le rindió homenaje a los cinco mil años de la joyería india, quienes se atribuyen haber creado “el primer coche de joyas”.

El “Nano”, nombre con el que se le conoce a este auto, es una idea del multimillonario indio Ratan Tata, para llamar la atención de sus clientes (la clase media emergente de la India), ya que las ventas han disminuido desde 2008. Expertos le atribuyen este déficit al historial de seguridad del Nano por diversos accidentes, entre los cuales figura la explosión del auto de forma espontánea.


lunes, 22 de abril de 2019

Monopoly de oro.

El Monopoly más caro del mundo, hecho con oro y piedras preciosas en Wall Street.




El joyero estadounidense Sidney Mobell, creador del tablero ha dicho.

”Es una pintura, una escultura, una pieza de arte y algo único".
  

En 2010 costaba 1,4 millones de euros.

No se ha jugado con él por miedo a que lo estropeen o roben piezas.

Las casas están hechas en oro y rematadas con rubíes; los hoteles están acabados en zafiros.

Las casillas de piedras preciosas.
 

Los dos dados cuestan 7.000 euros.


El tablero y todos los accesorios fueron realizados en 1988, cuando la onza de oro costaba unas tres veces menos que ahora, que está en máximos históricos en torno a $1,280.30, por encargo de la compañía Parker Brothers, propietaria de los derechos de Monopoly, después que el propio artista se ofreciera a realizar una versión del popular juego en oro y piedras preciosas.

domingo, 25 de marzo de 2018

Los Egipcios y el oro.

 Brillante e inalterable, el oro fue el metal más valorado por los egipcios, que lo utilizaron profusamente en el ajuar y la decoración de las tumbas reales

Los egipcios valoraban de manera singular el oro. Lo consideraban el cuerpo del Dios Ra que al igual que el metal amarillo, era incorruptible. Este gran pueblo de la antigüedad, desarrolló por primera vez, una batería tecnológica en prospección y beneficio del oro y también del cobre así como de una serie de gemas. En el templo de Ramsés III en Medinet Habou (Tebas Occidental), hay una serie de inscripciones que nos indican dónde se hallaba el oro en el Egipto de la época. 

En 1901, el gran arqueólogo británico Flinders Petrie descubrió en Abydos, en la tumba del rey Djer, de la dinastía I (hacia 3.000 a.C.), un brazo momificado que alguien había arrojado en un rincón. El miembro, probablemente de una mujer, estaba envuelto en vendas de lino; cuando Petrie las retiró aparecieron ante su vista cuatro espléndidos brazaletes compuestos de oro, turquesa, lapislázuli y amatista. Las cuatro pulseras, conservadas en el museo de El Cairo con todo su brillo original, son uno de los testimonios más antiguos de la presencia de joyas de oro en el antiguo Egipto.

En varias tumbas predinásticas se han encontrado pequeñas muestras de oro, pero fue en época tinita (el período en el que la capital de Egipto estuvo en Tinis, en el Alto Egipto, hasta la dinastía II) cuando los orfebres egipcios alcanzaron una gran pericia. Este alto nivel se mantuvo en los períodos siguientes, como prueban los hallazgos en la pirámide del faraón Sekhemkhet, de la dinastía III –en particular un recipiente de oro en forma de concha marina y un brazalete compuesto de pequeñas esferas doradas–, así como al ajuar hallado por George Reisner en la tumba de la reina Hetepheres, de la dinastía IV.

domingo, 1 de enero de 2017

Chapado en oro macizo, huesos de dinosaurio. Un superyate.



Un empresario malasio encargó este peculiar yate al diseñador Stuart Hughes cuyo coste ha sido, posiblemente,  más de cinco mil millones de dólares.

Hughes ha declarado que el dueño de la embarcación también deseaba tener un avión de oro, aunque este proyecto fue descartado por la imposibilidad de que el aparato pudiera despegar.

Los multimillonarios suelen pugnar por tener el superyate más espectacular. Ahora un empresario malasio parece que ha conseguido imponerse en esta particular guerra de esloras.

No es la embarcación más larga, pero sí la más cara y la más extravagante. Se llama History Supreme, una auténtica joya flotante, ya que está construida en oro macizo. Su valor está estimado en más de cinco mil millones de dólares.


El diseñador de artilugios de lujo Stuart Hughes recibió este peculiar encargo y ha tardado tres años en darle forma. Aunque todavía no existen fotografías del barco fuera del astillero, en el estudio británico aseguran que la construcción del superyate finalizó hace unas semanas.
Hughes dice haber empleado 100.000 kilogramos de oro mazizo y plata, materiales que se hallan en el mismo casco del barco, en la cubierta y en las estancias interiores.

En apenas 30 metros de eslora, un tamaño insignificante comparado con los megayates de Roman Abramovich, Larry Ellison o los de algunos jeques árabes que superan los 100 metros, a bordo del History Supreme el invitado contemplará metales preciosos allá donde mire, incluso en el gigantesco acuario de oro o en una botella de licor de diamantes.

Pero, seguramente, la gran excentricidad del superyate más caro del mundo sea una de las paredes del camarote del armador, en la que se han utilizado huesos de tiranosaurio rex y rocas de meteorito. No es la primera vez, no obstante, que Stuart Hughes apuesta por restos de dinosaurios en sus creaciones ya que hace poco presentó un iPad con dichas características.

¿Quién puede ser el propietario de este becerro de oro? Algunas publicaciones especializadas apuntan a Robert Kuok, empresario que comenzó a forjar su fortuna con el negocio del azúcar aunque luego se expandió a otros sectores hasta convertirse en el hombre más rico de Malasia.


sábado, 11 de junio de 2016

Capa de invisibilidad de oro y silicio


El dispositivo puede «ver sin ser visto» gracias a un método de camuflaje plasmónico

Ingenieros de las universidades de Stanford y Pennsylvania han creado una nueva capa de invisibilidad que, por sus capacidades, recuerda a la Sue Storm de la Marvel Comics, con la diferencia de que sus «poderes» extraordinarios son reales y provienen del mundo de la Física. Este detector lumínico, que aparece descrito en la revista Nature Photonics, puede «ver sin ser visto».

El corazón de este dispositivo son unos nanocables de silicio cubiertos por una fina capa de oro. Para hacer que se vuelva invisible, los científicos han utilizado un método denominado camuflaje plasmónico. Algunos de los logros más recientes en el campo de la invisibilidad se han conseguido utilizando metamateriales transformados no homegéneos que tienen la capacidad de curvar la luz alrededor de los objetos, de forma que estos «desaparecen» ante nuestros ojos. Ahora, los científicos han utilizado metamateriales plasmónicos, que logran el mismo efecto, pero de una forma diferente.

Cuando un rayo de luz incide sobre cualquier objeto, rebota sobre él y se dispersa en otras direcciones. Es así como llega hasta nuestros ojos y podemos verlo. Pero los campos de dispersión de la capa plasmónica interfieren con los del objeto y se anulan mutuamente, de forma que el objeto se vuelve transparente. Simplemente, parece que no está ahí. El fenómeno se conoce como interferencia destructiva. No es la primera vez que se logra. Investigadores de la Universidad de Texas también han podido volver invisible un objeto tridimensional al aire libre con una técnica muy parecida.

Con luz visible

 
En aquel caso, los científicos realizaron el experimento en el rango de las microondas. Ahora, sin embargo, los ingenieros dicen haber demostrado que el cubrimiento plasmónico es eficaz en la mayor parte del espectro visible de la luz y que el efecto funciona independientemente del ángulo de luz entrante. «Hemos descubierto que una capa de oro cuidadosamente diseñada altera de forma importante la respuesta óptica de los nanocables de silicio», dice Pengyu Fan, responsable de la investigación, de la Universidad de Stanford. Cree que otros materiales de uso común en los chips de ordenador, como el aluminio o el cobre podrían producir el mismo resultado.

En el futuro, estos hallazgos podrán ser aplicados para mejorar células solares, sensores, láseres a pequeña escala, cámaras digitales y sistemas de diagnóstico por imágenes, donde se obtendrían fotos más nítidas e imágenes médicas más precisas.