Un rescate bien intencionado
El fondo monetario
internacional (o FIM), ha otorgado a los países con una renta per cápita baja
(tanto subdesarrollados como en vías de desarrollo) un total de 1920 millones
de dólares procedentes de las ventas de sus reservas de oro.
Este dinero se empleará
para otorgar préstamos sin ningún interes, con la intención de evitar crisis en
las balanzas de pagos. Con esto el FMI cumple con su posición en virtud a sus
Tratados fundacionales.
Estos fondos provienen de
la venta en 2009 por parte del FMI de 403 toneladas de oro con plusvalías que
se aproximan a los 3.800 millones de dólares. En el mismo año el Consejo
ejecutivo decide destinar dinero a un programa de ayuda llamado Reducción de la
Pobreza y Confianza en el Crecimiento (Poverty Reduction and Growth Trust,
PRGT).
Por ahora, 151 países
miembros han transferido la parte correspondiente de la venta del oro al PRGT.
Podemos encontrar entre estos países a Estados Unidos, China, Rusia y otras
naciones destacadas. Para el 2014, se prevé que el fondo total sea de unos
17.000 millones de dólares.
La última venta de oro
llegó a las 2814 toneladas. Todas esas partidas de oro proceden de las
aportaciones de los países miembros en la constitución del FMI en 1944, los
cuales les cedieron ni más ni menos que el 25% de su aportación al capital en
oro.

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